martes, 19 de mayo de 2009

Adiós, Mario...


Las letras universales vuelven a estar de luto...

Hasta siempre, Benedetti. Cuando llegues al Parnaso, allá donde habitan las almas de los poetas, abraza fuertemente a Juan Gelman...



¿y si Dios fuera una mujer?
-Juan Gelman



¿Y si Dios fuera mujer?
pregunta Juan sin inmutarse,
vaya, vaya si Dios fuera mujer
es posible que agnósticos y ateos
no dijéramos no con la cabeza
y dijéramos sí con las entrañas.

Tal vez nos acercáramos a su divina desnudez
para besar sus pies no de bronce,
su pubis no de piedra,
sus pechos no de mármol,
sus labios no de yeso.

Si Dios fuera mujer la abrazaríamos
para arrancarla de su lontananza
y no habría que jurar
hasta que la muerte nos separe
ya que sería inmortal por antonomasia
y en vez de transmitirnos SIDA o pánico
nos contagiaría su inmortalidad.

Si Dios fuera mujer no se instalaría
lejana en el reino de los cielos,
sino que nos aguardaría en el zaguán del infierno,
con sus brazos no cerrados,
su rosa no de plástico
y su amor no de ángeles.

Ay Dios mío, Dios mío
si hasta siempre y desde siempre
fueras una mujer
qué lindo escándalo sería,
qué venturosa, espléndida, imposible,
prodigiosa blasfemia.

3 comentarios:

Ángeles Castillo dijo...

siempre me sorprendieron las largas colas en madrid para escuchar sus recitales. ¿una estrella del rock? no, un poeta.

Anónimo dijo...

Puede parecer increíble, pero yo descubrí a Benedetti este mismo martes, coincidiendo con su muerte, cuando, al enceder el ordenador del trabajo, vi lo que el Director General nos había hecho llegar:

"La gente que me gusta"

Primero que todo,

me gusta la gente que vibra, que no hay que empujarla, que no hay que decirle que haga las cosas, sino que sabe lo que hay que hacer y que lo hace en menos tiempo de lo esperado.

Me gusta la gente con capacidad para medir las consecuencias de sus acciones, la gente que no deja las soluciones al azar.

Me gusta la gente estricta con su gente y consigo misma, pero que no pierda de vista que somos humanos y nos podemos equivocar.

Me gusta la gente que piensa que el trabajo en equipo, entre amigos, produce más que los caóticos esfuerzos individuales.

Me gusta la gente que sabe de la importancia de la alegría.

Me gusta la gente sincera y franca, capaz de oponerse con argumentos serenos y razonables a las decisiones de un jefe.

Me gusta la gente de criterio, la que no se avergüenza de reconocer que no sabe algo o que se equivocó.

Me gusta la gente que, al aceptar sus errores, se esfuerza genuinamente por no volver a cometerlos.

Me gusta la gente capaz de criticarme constructivamente y de frente, a éstos les llamo mis amigos.

Me gusta la gente fiel y persistente, que no desfallece cuando de alcanzar objetivos e ideas se trata.

Me gusta la gente que trabaja por resultados.

Con gente como ésa, me comprometo a lo que sea, ya que con haber tenido esa gente a mi lado me doy por bien retribuido.


MARIO BENEDETTI
Poeta y escritor uruguayo.

anita dijo...

villegas.
yo extraigo un fragmento de un poema de este señor que me hiperencanta:
(...)Nadie nunca te reemplaza
y las cosas más triviales
se vuelven fundamentales
porque estás llegando a casa.(...)
Y en realidad, no es la estrofa que más me gusta, pero como el arte es así, los versos 2 y 3 los utilizaron Héroes en una de mis canciones favoritas del grupo. Y como el arte es así, pues así es que lo pongo. Besos.